martes, 19 de abril de 2011

Actitud y realidad



Pretendo ofrecer una breve reflexión, meramente introductoria, que refleje la primacía de nuestra actitud en la configuración de la realidad, que esboce cómo con cada acto, con cada pensamiento, nos posicionamos en el mundo de una manera determinada, que determina.


La realidad nos desborda. Una atroz cantidad de estímulos bombardea el contorno de nuestra mente, y solo un mínimo porcentaje de ellos la atraviesan. Somos cognitivamente incapaces de barajar el ingente número de datos que podríamos llamar ilusamente realidad total, el inalcanzable cómputo global de todos los fenómenos que nos circundan,  por lo que estamos avocados a conformarnos con una realidad sesgada, con nuestra realidad, la única posible.

El antiguo ideal del sabio que, solo con su discernimiento es capaz de procesar la totalidad del mundo, cae por su propio peso. La realidad no se capta en sí, desde ella, sino que se interpreta desde uno mismo. Por ello podemos decir que tanto nuestra concepción del mundo como nuestra actividad en él se desarrollan siempre en una única perspectiva. La mirada del hombre se coloca en una posibilidad, y aborda sólo un perfil de la realidad.
Configuramos nuestro medio subjetivamente, sin suponer esto una renuncia a la objetividad.

No inventamos el mundo. No somos víctimas de una especie de contexto solipsista, en el que nuestro pensamiento esté condenado a dar vueltas sobre sí mismo sin llegar a nada fuera de sí. Simplemente construimos la realidad en nuestra mente con lo que recogemos del exterior, el material del que nos dotan nuestros sentidos, quedando éste asentado en nuestro fondo ideológico, articulado con prejuicios e ideas, matizado emocionalmente…

Es la mente la que, regida por unos patrones que no escapan necesariamente a nuestro control, selecciona qué detalles de la realidad alumbrar y cuales oscurecer, qué captar y qué obviar. La realidad física es objetiva, pero nuestra manera de abordarla es totalmente subjetiva. Nuestros conceptos, ideas, creencias y demás esquemas impregnan el mundo, y a través de ellos construimos aquello que llamamos realidad. Lo captado subjetivamente, se nos presenta como una faceta de lo objetivo, que podremos abordar desde diversos puntos, todos ellos subjetivos a su vez.

Constantemente nos situamos en el mundo. En este situarnos, nos colocamos en una determinada posición, la decidamos o no. Unas coordenadas desde las que nos brindamos un mundo, una única perspectiva de éste. Una apertura  que es capaz de tornarse más afectiva, de ampliar su receptividad frente al mundo que la nutre, enriqueciéndose.

No sería posible hablar de un aquí y ahora si pudiéramos colocarnos fácticamente en dos perspectivas simultáneamente. Por ello podemos sentar ya, que una condición de posibilidad de nuestro existir es el estar atado siempre a un contexto, que se construye existencialmente.

Cada actitud hace prevalecer ciertos matices, y a través de ellos tiño el mundo, percibiendo un modo de ser de éste, una posibilidad o perspectiva que se me muestra, que me asalta, en la que me imbuyo (sereno, percibo un mundo serenizante, que me serena). Una actitud es una pátina que aplicamos en lo que nos rodea y acontece, un manto que desplegamos sobre éste, que nos permite entenderlo de una determinada manera.

Soy yo quien me posiciono, quien se abre al mundo, digiere sus experiencias, elabora respuestas… Soy yo quien perfilo el mundo, mi mundo, en la medida en que está en mi mano decidir si en última instancia el entorno me frena, o me vitaliza. En cierto modo, diseño su impronta en mí. Al modelar la actitud que erijo ante él, juego un papel fundamental en el acaecer de mis circunstancias.

Al estar en el mundo, tenemos poder de decisión en nuestra relación con él, no estamos a total merced del devenir. No somos la marioneta de nuestras circunstancias, sino su protagonista, y en ciertas ocasiones, su arquitecto.

7 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo que acabaras tu entrada con la palabra " arquitecto". Nosotros mismos podemos diseñar en parte nuestra vida, podemos moldearla, cambiar aquellas cosas que no nos gustan, alargar aquellas situaciones que queremos que perduren, podemos e incluso llevar dos vidas a la vez (estudio, trabajo) ,pero lo que no podemos es evitar lo inevitable por mucho que queramos.
    Claro está, que muchas veces nos engañamos, con el afán de conseguir una vida mejor, no nos damos cuenta que incluso podemos hacer daño a nuestro alrededor y a nosotros mismos, y con esto no quiero decir que nos tengamos que aguantar con los cambios, sino que recibamos el devenir como algo normal en nuestras vidas, ya sean para bien o para mal.
    Por todo ello, aunque haya veces que por X razones no seamos dueños de nuestra realidad, de nuestras actuaciones, no nos acostumbremos al paso del tiempo sin ser autocríticos, no nos habituemos.
    ¡Luchemos por ser arquitectos!

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  2. Antes de luchar, habrá que aprender primero.
    Las casas de barro se deshacen si llueve, por muy buena que parezca su estructura.

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  3. Buenas!! Soy Fidel, pero me gusta que me llamen anónimo. Tío estoy de acuerdo contigo en lo que se refiere a que nosotros construimos nuestra propia realidad, por lo menos en lo que se refiere a todo lo que de por sí no está: ética, emociones, interpretaciones, etc. A parte del problema que supone el que nuestro cerebro discrimine la información visual que le llegue (si tengo mucha hambre mi cerebro buscará en su campo visual todo aquello que se pueda digerir), llegamos al tema de en qué medida debemos respetar una realidad y actitud que quizás nosotros no comprendamos. Nuestra relación con el mundo "objetivo" se basa únicamenca, y por supuesto a mi entender, en dos puntos: materialidad y culturalidad. La materialidad es a sí misma indiscutible, pero la culturalidad es plástica (aunque se lleguen a acuerdos tácitos). Nosotros (o todo el mundo) que se plantea el cuestionamiento de los más básicos axiomas del sentido común, ¿dónde podríamos colocar las fronteras del "derecho a" o el "deber de"?¿A medida que pusiésemos fronteras iríamos limitando la libertad de relación con respecto al mundo y normativizándolo? Por otro lado, el hecho de ser consciente de la pluralidad de relaciones existentes con respecto a "lo real", nos lleva a evitar hacer juicios a la ligera, al respeto, a ser consciente del otro y, por qué no decirlo, de vez en cuando, llevarnos algún recuerdo de casa ajena. Esto da para largo, así que seguerimos hablando. Me despido con música de película de Antena 3... CHANAN CHANANNANA

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  4. Es cierto que del hecho de que cada uno construya su realidad puede derivarse un aparente relativismo que no estoy dispuesto a aceptar. La construcción de realidad se da en cada individuo, pero todo individuo compartirá una base constituyente (realidad física o materialidad como tu la llamas, hechos sin interpretaciones...).

    Es importante matizar aquello de la posible jerarquía de interpretaciones, ya que aunque quizá sea difícil decir que una es mejor que otra, como dije antes, me niego a caer en el relativismo del "todo vale". El artículo pretende ser una introducción, pero ya que sale en la discusión diré que aunque las interpretaciones sean subjetivas, dos interpretaciones de un mismo fenómeno pueden ser diferentes, por nacer desde perspectivas diferentes y abordar quizá estratos diferentes, pero no opuestas. Podríamos hablar de interpretaciones más alejadas de la realidad, y por tanto más erróneas o ficticias. Se complicaría cuando las interpretaciones fueran sobre otras interpretaciones, o sobre una serie de éstas, pero creo que aunque complicada, siempre sería posible una genealogía que fuera desgajando cada elemento y lograra mostrar cual es más coherente con esa base común que todos compartimos.

    Bienvenido a Fundamentes Fidel FromTheWhite, aquí te espero... Me huele que tu blog está apunto de pasar da la potencia al acto...
    No me despido con música de tensión de Antena 3, que me entra el nervio y luego no duermo jajajajaja

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  5. Que tal, soy Fidel FromTheWhite, again. Yo creo que el problema de la interpretación radica primeramenta en el individuo que interpreta.Ya hay una jerarquía de opiniones, quizás no la que nosotros queremos, pero nos viene dada desde que nacemos. Si la interpretación se basa en la ignorancia o en un error argumentativo de comprensión del mundo, obviamente dicha interpretación carece de valor; no podemos situarla dentro de una jerarquía ya que es errónea de principio a fin. Pero en cuanto la interpretación tiene cierta coherencia con el mundo y no hay errores en la argumentación, difícilmente podemos crear una jerarquía, aunque de hecho, se crea. Supongamos que vamos por la calle y vemos a dos tipos con la cabeza rapada pegándole a otro tipo negro, lo que se nos pasa por la cabeza es que son dos tipos de extrema derecha pegándole a un negro por motivos raciales;si otra persona que no tiene ni idea de nuestra cultura y no sabe nada de ideologías etc. contemplase el mismo acto, podría pensar que el tipo que recibe la paliza ha hecho algo para merecérselo (los ha insultado, escupido, lo que sea). Aunque ambas interpretaciones pueden ser bien ciertas (y habrá bastantes más), lo común, para las personas que pertenecemos a la cultura de las ideologías, es pensar la primera opción. Esto nos lleva a la idea de interpretaciones mediadas. ¿Podríamos decir que alguna interpretación es realmente nuestra? Por eso es tan difícil salirse del tarro, al igual que el límite de nuestro conocimiento es el límite de nuestros sentidos, el límite de nuestras interpretaciones es el límite de nuestro preconocimiento cultural, aunque este cultural no se da por igual. La experiencia que tenemos dentro de esa cultura nos va amueblando la cabeza de determinada manera (compartiendo el mismo edifici, el mismo tamaño de habitaciones, pero no el mismo atrezo), y llega un momento de nuestra vida en que hemos acabado la decoración, y ya no nos amoldamos al mundo, sino que el mundo se amolda a nosotros. Este es el momento en el que tiramos la llave de nuestra puerta al río y emitimos juicios. Como por ejemplo, si una persona es "q" entonces "p". Los condicionales lógicos entran en nuestra vida, y dado que todos vivimos en cultura podemos entenderlos. El rechazo de dichos condicionales suponen un punto de vista opuesto con respecto a la cultura, pero siempre desde la cultura. Supongo que si queremos ser observadores de interpretaciones y no interpretes, debemos dejar la puerta abierta a los conceptos, a los conceptos mismos. Si la realidad es irreductible no intentemos simplificar de manera tan burda los actos humanos (ya que la interpretación de acciones, entendida esta como intención, sólo se da en animales)No sé si me he llegado a explicar,pero lo concretaré en lo siguiente: el relativismo de interpretaciones prácticamente no existe. No existe porque: todos somos conscientes de la interpretación que las personas pueden hacer de nuestros actos y cuando actuamos aún sabiendo la interpretación negativa que se hará de lo hecho, pensamos que sabiendo nosotros por qué lo hacemos es suficiente. Esta individualidad a la hora de usar verbos es como inventar un lenguaje privado y esperar que el resto nos entienda. Por ello, toda interpretación que podemos entender, compartir o negar es siempre interpretación mediada y pública. Las personas que quieren salirse de ahí deben necesariamente relativizar las intepretaciones, comprender o por lo menos admitir que no comprendemos, debemos dejar de pensar que hay base común, dejar de medir y nombrar (para ello debemos acudir a aquellos fenómenos que precisamente no entendemos y sorprendernos de causas que comprendemos aún menos). Me despido ya, necesito un Blog para que podamos criticarnos mutuamente, como en los viejos tiempo tiempos (bueno y como en los nuevos) Un abrazooo!! (Por cierto, el comentario es algo caótico, espero haberme entendido yo, y haberme explicado con algo de claridad)

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  6. La jerarquía de opiniones es contingente, y por ello puede ser evaluada. Estarás de acuerdo conmigo en que los hechos tienen un valor propio que quizá los juicios que les aplicamos no logran captar.
    Intentaré no liarme con los sentidos de interpretación, ya que aunque ambas son interpretaciones, no es lo mismo interpretar un texto, que observar un amanecer, por ejemplo. Con el término "interpretación" quería mostrar en el artículo que la realidad no se nos muestra en sí, sino desde uno mismo. Aún así me parece interesante seguir el flujo de los comentarios, que sobre todo esta vez parece que por alejarse del texto, lo están complementando.

    En el caso de la agresión, alguien ajeno a la problemática no entendería la cuestión política, pero tanto uno como otro verían una expresión de ira y odio, más allá de cuestiones concretas. Me encanta el concepto de "interpretación mediada", pero ya te digo que yo pretendía profundizar en un plano anterior a los influjos y persuasiones sociales. Es más, incluso esos matices políticos, por influir en nuestra actitud interpretativa, pueden ser analizados por el pensamiento. No es que podamos ser un intelecto ajeno al entorno, pero tampoco somos marionetas con una falsa sensación de libertad.

    ¿No crees que, al margen del sello social de todo pensamiento, se pueden llegar a tener interpretaciones puramente individuales? Individuales en la medida en que, partiendo de la evidente base social, ésta a sido filtrada, y se apoya en ella, no a costa y por ella. Es algo que me ronda por la cabeza, pero no quiero adelantar acontecimientos...

    Fidel, record al mayor comentario, se me saltan las lágrimas (de emoción y de leer tu comentario) jajajajaja.

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  7. Soy el señor From the White. No voy a alargarme más, lo discutiremos en vivo y en directo, sólo una cosa. Sí creo que se pueda alcanzar una interpretación pura en la que el individuo sea capaz de analizar: qué tiene por naturaleza, qué tiene por cultura etc. Pero esto necesita de cierta actitud, de paciencia, de apertura, de ser potencia, de conocimiento, de fuerza... es una tarea de titanes; yo nunca la he visto. Además no es una tarea de dedicarle horas, es una tarea inmanente a la respiración, al estar despierto, siempre cuidando tus juicios, tus frases, tus pensamientos, siempre metaviviendo y viviendo al mismo tiempo. Como ya he dicho es tarea de gigantes, probablemente contraproducente; pero una vez ha tenido cabida en nosotros, ya no puede abandonarse.

    ¿Has visto ese comentario? Ese aostia a tos, El hombre sin atributos, SE LO COME!!!! jajajajaajaja

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