viernes, 5 de diciembre de 2008

Buscar la vida

Nos hemos perdido. Centramos nuestra atención en temas superfluos, y los elevamos al nivel de problemas. Buscamos a nuestro alrededor en busca de la solución, y cuando creemos haberla encontrado, esta trae consigo otras implicaciones que tachamos de negativas, y nos hundimos, día a día, acción tras acción, nos alejamos de nosotros mismos.

Cuantas veces nos han preguntado en nuestra infancia ¿Y tu, que quieres ser de mayor? A esta pregunta solía seguirle una respuesta ilusa, errónea y corrompida, que hablaba de profesiones (policías, médicos y abogados) y de falsos ideales (hacer el bien, salvar vidas, defender inocentes). He de reconocer que en su momento yo también caí en esta dinámica decadente, pero ahora lo tengo claro. Yo, de mayor, quiero ser feliz.

En todos y cada uno de los rincones de nuestra sociedad se halla un mensaje claro, una misión para todo ser humano que quiera ser digno de respeto. Estudia, busca un trabajo, adquiere propiedades y dedica tu vida a mantener y perfeccionar dichos elementos. Estos estatutos no están escritos en ningún libro de leyes, peor aún, están grabados a fuego en nuestra mente desde que empezamos a interactuar con el entorno en nuestros primeros años. Es la oferta con mayor publicidad y extensión jamás imaginada, una oferta que no trata de persuadirnos, puesto que ya lo logró antes incluso de que naciéramos, una oferta sin contraoferta, algo que nosotros mismos creamos, pero que hace mucho que escapó de nuestro control, y logró dominarnos.

No seré yo el que intente definir la felicidad, ya que creo que es un concepto demasiado abstracto y subjetivo como para abarcarlo con un golpe de pensamiento, ni tampoco estoy en condiciones óptimas para señalar donde encontrarla. Sin embargo si se donde no encontrarla, que camino no seguir para hallarla. Ese camino es el que sin reflexión alguna transcurre la sociedad.

En los tiempos que corren, en el que el ritmo de vida nos lleva casi de manera inconsciente, es difícil pararse un momento para reflexionar. Para aquellos que lo logran la visión es aterradora, sentir que uno no hace lo que debe es duro, pero no saber que hacer es peor aún.

Esto no es una apología de la desobediencia civil, o acaso un enaltecimiento del ideal anárquico, para nada, ya que ambas tienen sus inconvenientes, y en cuanto movimientos sociales, acaban por corromperse. Es esta una humilde invitación a la reflexión, privada y libre en la medida de lo posible, acerca de nosotros mismos.

La solución a este alejamiento de lo que nos hace humanos no es hacer lo contrario de lo que la sociedad manda. Pero sí afirmarnos como individuo y no tanto como ciudadano. Cuestionar las motivaciones de nuestros actos, en todos sus ámbitos y consecuencias, y ver si son propias o impuestas. Esta es una tarea larga y fatigosa, pero hasta el momento no ha venido a mi mente un método mejor.

La llave que abre las puertas de la felicidad es la lucidez de acción, saber en cada momento que estamos haciendo, porque lo estamos haciendo y cuales serán sus consecuencias. No mirar hacia otro lado. Agarrar las riendas de nuestra existencia y conducirla por aquellos caminos que consideremos oportunos.

Gracias y bienvenidos.

7 comentarios:

  1. Estoy maravillado y orgulloso de tener un compañero de viaje como tú. No quiero halagarte si no es de verdad lo que digo. De veras que me gusta tu texto, y además lo comparto.
    Un fuerte abrazo, y te pido que seas tú siempre, independientemente de si hay que esperas alguien a tu lado como si no lo está. Entrégate a las ideas cuyo sentido tienes en tu corazón y cuya referencia sólo se encuentra entre líneas.
    Un fuerte abrazo.

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  2. ooooooh oooh pero que ven mis ojos!
    Que guapo esta tu blog. Un saludo viejo amigo!

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  3. Es un texto al cual me siento muy identificado ya que como tú mismo indicas la felicidad no tiene una definición exacta ya que cada persona le da su propia enunciación, solo tu serás capaz de encontrarla ya que las oportunidades serán las q marquen nuestra felicidad (vida) incluso las que dejamos pasar a riesgo de una vida mejor pero con falsas apariencias. Un abrazo bro espero lo mejor para ti.

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  4. se han perdido los valores humanos en la sociedad, con valores inculcados y haciendo de esta sociedad cada vez mas competitiva por estos valores, que ni siquiera te has propuesto por ti mismo, que significa realmente fracasado ¿no hacer lo que la sociedad quiere que hagas?

    este artículo es muy profundo Amazig me encanta

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  5. Acabo de descubrir tu blog y me parece muy interesante. Me encantara seguir leyendote.

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  6. Quizás las respuestas que damos a tu pregunta, sean porque nos sentimos, en cierto modo, coaccionados por nuestro alrededor (padres, amigos, sociedad...).Intentamos imitar todo lo que vemos porque pensamos que es lo correcto, pero...lo único que necesitamos para ser felices es ir por el camino correcto, pero no siempre sabemos cual o cuales son. Y para esto no necesitamos que un "loro" nos lo diga, porque al ser seres humanos nos caeremos muchas veces en la misma piedra, pero teniendo en mente que queremos ser felices, no importa cuantos obstáculos se nos presenten, ni tampoco el tiempo que tardamos en conseguir lo que deseamos de esta vida.
    Pero entonces, ¿de qué sirve cuestionarse todo lo que hacemos o pretendemos hacer? (Y además, adelantándonos y pensar en los negativo que puede resultar). Pues para nada, mirar en un futuro cercano no sirve para nada, lo más importante es pensar en el presente, sin miedo a nada ni a nadie. Y aunque parezca imposible, si se puede conseguir.

    (L)

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  7. Todo el mal del mundo reside en la mierda de moralidad pequeñoburguesa que nos han inculcado desde que empezamos a gatear. La mayoria de la gente se siente dichosa, pero la inanidad carcome a esa felicidad, porque se ha convertido en un producto más con el que hay que comerciar, en un apéndice más de la ética decadente burguesa. Todo es fachada, pero la estructura se corrompe, y dónde debería haber un ser feliz, sólo existe miseria y pudredumbre. Maldita sea la hora en que se inventó el dinero y en el primer hombre que quiso estar por encima de su vecino. Si lo piensan detenidamente, un odio razonado puede convertirse en la mayor de las satisfacciones. Yo no seré feliz del todo, hasta que no se pase a bayoneta a todos los ricos de la tierra y a los que los secundan, porque un casquillo de una bala cuesta más que su asquerosa vida. Por lo demás, sólo decir que me ha encantado este texto.

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